Sin dudas la realidad “mediterránea” de los países puede ser una contra a la hora de desarrollar su inserción internacional a través del comercio exterior.
La historia, además, está llena de casos de “naciones-potencias” gracias a sus poderosas flotas. Los barcos no sólo eran armas de guerra y colonización, sino “canales” de comercio exterior. De ahí el concepto de “marina mercante”. Lo son aún hoy: en todo el mundo, el 90% del comercio se materializa por vía marítima.
Para aquellos a los que la naturaleza, la política y la historia les reservó una ubicación mediterránea, la logística del transporte es un desafío todavía hoy. Las naciones más avanzadas desarrollaron al máximo la navegación interior fluvial para llegar a los puertos de sus vecinos con costas oceánicas.
En América latina, Bolivia y Paraguay, corren esta suerte de encierro. Una parte importante de la pobreza estructural tiene que ver con los mayores costos que enfrenta su comercio exterior.
Bolivia y Paraguay, no obstante, tienen hoy con qué llamar la atención: las reservas de litio del primero (el 50% de las reservas globales) hacen que desde las automotrices hasta las compañías de software operen de manera proactiva para lograr sacar ese insumo rápido y de la forma más barata posible; y Paraguay viene desarrollando una agricultura eficiente de forma muy rápida, y se está posicionando además como proveedor de carne de peso.
Una institución que tal vez no tiene toda la prensa debida en América latina es Iirsa, la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana, que funciona en el seno del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y analiza a fondo las necesidades de desarrollo de los pueblos latinoamericanos.
Con financiamiento disponible, pero que otorga según las prioridades, Iirsa podría hacer los esfuerzos necesarios para viabilizar la construcción de un puerto de aguas profundas en el Uruguay, en el marco del Urupabol (Uruguay, Paraguay y Bolivia), una mesa de debate donde se trató el tema a nivel de cancilleres.
Uruguay, lo dijimos aquí varias veces, quiere posicionarse como el enclave logístico por excelencia del Mercosur, y enriquecerse con la provisión de este tipo de servicios. Y su ubicación es clave, gracias a la hidrovía Paraná-Paraguay y al río Uruguay, para poder funcionar como autopista para la entrada y salida de productos a Bolivia y Paraguay.
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