viernes, 30 de julio de 2010

La apertura del Uruguay, con ojos del Mercosur

El grado de apertura comercial de Uruguay, es decir, la participación de su comercio exterior sobre su producto bruto, se encuentra en el orden del 60%, y continúa en expansión desde 2003.

La afirmación surge de la economista Rosa Osimani, autora de uno de los capítulos de la investigación “Apertura, instituciones y crecimiento”, realizada en el marco de la Red Mercosur, denominado: “Apertura comercial y crecimiento económico: evidencia del caso uruguayo de los últimos 30 años”.

En una entrevista con el diario uruguayo El País, la economista resumió los principales movimientos comerciales que adoptó el mercado uruguayo en las últimas tres décadas, que pasó de la apertura de los 70 en desmedro de la industria nacional, con liberalización de las barreras arancelarias hasta la entrada en vigor del Mercosur.

Es interesante analizar la situación del Uruguay, una economía con un mercado interno chico que naturalmente lo obliga a pensar en la inserción internacional de sus productos y servicios como vía de desarrollo.

¿Qué hubiera pasado si el Mercosur no hubiera existido en la historia económica del Uruguay? Objetivamente, su desarrollo no hubiera sido el mismo, así como tampoco el de ningún otro de los países miembros.

Por caso, de 2002 a esta parte, el intercambio entre los dos principales socios (la Argentina y Brasil) se multiplicó por cinco. Uruguay, como Paraguay, no habrán tenido tal vez los macro números de sus vecinos mayores, pero su crecimiento fue exponencial de la mano de la flexibilización del comercio intrazona con el nacimiento del Mercosur.

El bloque, es cierto, no cumplió su cometido de transformarse en una unión aduanera. Prueba de ello son las perforaciones y excepciones permanentes al arancel externo común (AEC), la proliferación de licencias de importación y, en el caso argentino exclusivamente, la presencia de derechos de exportación diferenciados entre productos elaborados y materias primas, que esconden un subsidio a los primeros.

Estas situaciones (el estancamiento del bloque en sí, y sobre todo de sus negociaciones multilaterales, entre ellas, la más importantes es sin duda con la Unión Europea) motivaron no pocas veces el debate sobre la viabilidad y necesidad del Mercosur.

José Serra, el candidato a presidente de Brasil opositor a Lula, agitó la polémica al indicar que a los empresarios del su país (aunque seguro se refirió de los de San Pablo, Estado del que fue gobernador) no les sirve el Mercosur, y que Brasil debería independizarse en su comercio exterior y avanzar en negociaciones bilaterales.

El Mercosur es, sobre todo hoy, un concepto firme con una realidad endeble. Cabe preguntarse si para una economía naturalmente abierta como la uruguaya, no le conviene explorar caminos bilaterales del comercio.

En este escenario, y sólo como discusión filosófica, cabría analizar la capacidad de negociación de una economía relativamente chica con un mercado como el europeo o con los Estados Unidos. Incluso con India y China.

Seguramente, toda vez que Brasil ralentiza las negociaciones comerciales al defender su industria, Uruguay puede morderse los labios pensando en la oportunidad que se está perdiendo en alimentos (lácteos y carnes, por ejemplo).

El Mercosur todavía es joven. Como la mayoría de las economías latinoamericanas, aún con 200 años de historia.

Señala Osimani: “A partir de la creación del Mercosur en 1991 continuó la tendencia creciente con un gran aumento en el coeficiente de apertura, que registró niveles superiores a la etapa anterior. En 1997 se dio el máximo coeficiente de apertura de la década del noventa, llegando a 53 % (…) La salida de la crisis del 2002 fue muy rápida. Desde entonces el coeficiente de apertura presenta un nuevo escalón y un nuevo récord llegando a 63% en 2007.”

Y concluye: “La globalización hace que el ámbito de competencia de las empresas uruguayas sea cada vez más el mundo. Si bien la apertura tuvo como consecuencia costos de reestructuración en algunos sectores, con pérdidas de empleo, este proceso ha exigido que a nivel local se hagan procesos de capacitación e innovación y de incorporación de ciencia y tecnología. Hoy los sectores más innovadores y con mayor incorporación de progreso tecnológico son los que están capacitados para adaptarse a las formas de competir que se dan en el mundo globalizado”.

miércoles, 28 de julio de 2010

América latina no ve la “I” en BRIC

No es un problema de una economía latinoamericana puntual, sino un número que engloba un desconocimiento comercial que si no se resuelve será una condena para el desarrollo económico de la región: sólo el 0,9% de las exportaciones de América latina van a la India.

Es cierto, el apetito chino por las commodities agrícolas e industriales (cereales, oleaginosas y minerales) lejos está de saciarse –hacia allí van el 3,8% de las ventas externas latinoamericanas-, que ya aparece otro mercado de condiciones similares, sobre todo, de hambre de materias primas.

Pero mientras China sigue siendo la sensación, América latina todavía no puso el ojo en la “I” del BRIC, sigla ideada por el banco de inversión Goldman Sachs para referirse a cuatro economías (Brasil, Rusia, India y China) que comparten un gran tamaño, una economía emergente y un futuro llamado al desarrollo como potencias comerciales hacia 2050, o antes.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) indicó recientemente que India cuenta con todas las demandas típicas para movilizar la economía latinoamericana, que básicamente reside en su mercado de 1100 millones de habitantes.

A diferencia de China, India es una democracia, la más grande del mundo. Esto pudo, en algún momento, demorar las reformas clave para hacer valer todo su peso en la balanza mundial. Pero India hizo su proceso de apertura en los 90, 20 años más tarde que China. Y ahora cosecha.

Según el BID, India todavía no está en el radar latinoamericano en un siglo llamado a ser “el de Asia”, en el que América latina no puede darse el lujo de ser el gran ausente.

A diferencia de lo que sucede China, con India no existen servicios marítimos directos, lo que encarece el comercio bilateral y los tiempos de tránsito. “Una reducción en los fletes del 10% impulsaría las importaciones desde India en el orden del 46 y 47 por ciento para Chile y la Argentina, respectivamente”, destacó el BID.

Pero es tarea de los gobiernos iniciar el cortejo correspondiente, porque se trata de un intercambio bilateral (entre India y la región) sensiblemente “arancelado”: las manufacturas de origen agroalimentario latinoamericanas enfrentan aranceles en India de un 65% como mínimo, más de cinco veces de los 12,5% promedio que tiene China.

Cabe aclarar que, con motivo del conflicto que mantiene la Argentina con China que devino en un cese de los embarques argentinos de aceite de soja (es el principal exportador mundial del producto que, a su vez, es el principal producto de exportación nacional), la India se transformó en el primer comprador internacional del aceite de soja argentino.

Sólo la Argentina, y sin contar los otros países de la región, tiene una capacidad productora de alimentos con potencial para alimentar 400 millones de habitantes.

viernes, 23 de julio de 2010

Colombia, exportaciones que vuelan

Una serie de premisas caracterizan el transporte internacional de mercaderías. Si el producto es de gran volumen y bajo costo unitario, es casi seguro que se transportará por vía marítima en buques graneleros. Así se transportan desde la soja y su aceite hasta el mineral de hierro y el petróleo.

Si, en cambio, se trata de un producto de alto valor y procesado, seguro entra en un contenedor, y se sube a un barco portacontenedor. Pero si el producto es de altísimo valor, un volumen medio, pero sensible a los tiempos de entrega, entra en juego el modo de transporte más rápido, y caro: el aéreo.

Por ejemplo, en una recorrida por alguna de las terminales de carga que las principales líneas aéreas tienen en Miami, allí se encontrarán: productos de alta tecnología y electrónica, pero sobre todo productos frescos, como arándanos argentinos, salmón chileno, espárragos peruanos y flores colombianas. Todos sensibles al tiempo de vida y de alto precio.

Pero el modo aéreo tiene otras ventajas, como el régimen que ofrece el servicio courier, o el transporte aeroexpreso, que se hicieron famosos con las norteamericanas FedEx y UPS, la alemana DHL y la holandesa TNT, entre otros.

Entre esquema es más flexible, y se acomoda sobre todo a las pymes, que no siempre tienen el volumen suficiente para llenar un contenedor, y mucho menos un barco o la bodega de un avión.

Colombia, justamente, desarrolló el programa Exportafácil, un sistema que se puso en marcha el 13 de julio para agilizar las exportaciones por vía aérea con una limitación: que no superen los US$ 2000 y los 30 kilos por unidad, a partir de la empresa estatal de correos, 4-72.

En un comercio donde los costos logísticos y los tiempos son determinantes para conquistar y mantener mercados abiertos, toda estrategia de facilitación y agilización comercial, que reduzca o simplifique los trámites burocráticos, es un gran paso.

El programa colombiano de exportaciones aeroexpresas comenzó con un plan piloto de 23 envíos a distintas partes del mundo de productos biológicos, cerámicas, revistas, pulpa de fruta e indumentaria

miércoles, 21 de julio de 2010

Chile, del iceberg de Sevilla 1992 al modelo 2010

Con el recambio administrativo que sobrevino tras la llegada de Sebastián Piñera en Chile, la que fue la máquina sudamericana modelo de la internacionalización de los negocios, ProChile, va por más.

Según confió en una entrevista a Diario Financiero, el flamante titular de la Dirección de Relaciones Económicas Internacionales (Direcon), Jorge Bunster, la misión será “profundizar la inserción de Chile en el mundo y relanzar a ProChile como una agencia de promoción de exportaciones de bienes, servicios e inversiones”.

Un mensaje político más, pero que en el contexto de un país que hizo de la apertura comercial su mantra, y selló nada menos que 72 acuerdos comerciales de distinto grado (complementación económica, libre comercio, preferencias arancelarias) con 50 países, y que tiene sus propias oficinas de promoción comercial en 57 naciones, tiene otro significado.

Tal vez por su tradición del libre comercio con el mundo, Chile sabe ver que el proteccionismo que amenazó con instalarse tras la crisis de fines de 2008 y principios de 2009 es sólo una amenaza pasajera, decide ahora pisar el acelerador.

Otra lectura, similar pero por diferentes motivos: precisamente por la amenaza latente de proteccionismo en el mundo es que Chile decide pisar el acelerador y afilar su punta de lanza histórica: la agencia de promoción de exportaciones, esa que supo trasladar un iceberg antártico a la Expo Sevilla de 1992, para mostrarse al mundo como un país serio, y diferenciarse a su vez de la imagen que transmitían sus vecinos latinoamericanos.

Chile probó que comerciar con aranceles al cero por ciento con los principales mercado del mundo redundaron en un crecimiento de las exportaciones: con Estados Unidos, pasaron del 4,5% anual al 24% tras el acuerdo de 2004; con China, del 33 al 133% luego del tratado de 2006.

La red que generó Chile con sus negociaciones no se agotan en los límites del Pacífico y la Cordillera. Un segundo paso, no del todo desarrollado aún, es el de la potenciación de las cadenas productivas con países con mayor industria y oferta que el propio Chile, como la Argentina o Brasil, por ejemplo, para que envíen sus productos semiterminados a Chile para agregarles allí los detalles finales que cumplan con la cláusula de origen chileno.

Así se podría aprovechar, por un lado, todos los beneficios de los tratados y, por el otro, lograr más mercados que por vía directa encontrarían aranceles por no contar con tratados firmados

viernes, 16 de julio de 2010

Los puertos de la región buscan mejorar su infraestructura

Numerosos puertos latinoamericanos están realizando fuertes inversiones para dragar sus accesos y lograr así mayor profundidad para los buques de más calado, es decir, barcos más grandes y de mayor capacidad de carga.

Los puertos siguen la tendencia mundial de la industria naviera: construir buques de más tamaño para lograr una mejor economía de escala que consiste en transportar más contenedores en un mismo viaje.

Los puertos –léase la entrada y salida del comercio exterior de un país- no tienen opción tampoco. Si no se ajustan a los que proveen el servicio de transporte corren el riesgo de transformarse en puertos menores, “servidos” con barcos más chicos y obligados a un transbordo para que las cargas lleguen a destino, en el caso de la exportación, o lleguen al país con una escala adicional, en el caso de la importación.

Más escalas son más costos logísticos. Y todo se traslada a la carga: el producto de exportación y el de importación se encarecen. Cabe recordar que en la mayoría de los países latinoamericanos, más del 90% de su comercio exterior se realiza por vía marítima.

Brasil es uno de los países con mayor déficit en logística portuaria. Para revertirlo, el presidente Lula da Silva creó primero una Secretaría Especial de Puertos, que dependía directamente de él, y luego elevó su rango a Ministerio de Puertos.

Los puertos brasileños están considerados dentro del millonario Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC), que está en su segunda fase, y consta de 800.000 millones de dólares para invertir en infraestructura.

Sepetiba, Santos, Paranaguá, Itajaí-Navegantes, Itapoá y Río Grande, son los principales puertos de Brasil que ya tienen un calado a 16 metros, suficiente como para recibir barcos de más de 7000 TEU (unidad de medida equivalente a un contenedor de 20 pies).

Uruguay también comprendió que los costos logísticos son una condición de éxito del comercio exterior, y busca convertir al país en una plataforma de servicio a las cargas con sede en Montevideo. Hoy, más del 50% de los contenedores que se mueven en las terminales de Montevideo son cargas argentinas que realizan allí transbordo a buques más grande rumbo al destino final de exportación.

Montevideo ya llegó a los 12 metros de profundidad, pero apunta a los 14 metros. Buenos Aires, en tanto, tiene 10 metros.

Recientemente, la Administración Nacional de Puertos (ANP) del Uruguay anunció que entre sus prioridades se encuentra la construcción de un puerto de aguas profundas (que necesitan poca acción de dragado) en el departamento de Rocha.

Puertos del Pacífico

Los puertos del Pacífico, en la jerga, los de la Costa Oeste de América del Sur, también buscan mejorar su infraestructura en una carrera que busca tentar a las navieras que vienen de Asia para transformarse en las puertas de entrada a América latina de las mercaderías chinas, principalmente.

En Perú, por ejemplo, el puerto del Callao, concesionado a la empresa árabe Dubai Ports World, estaría culminando una ampliación de su capacidad con la inauguración del muelle sur.

Las inversiones superaron los US$ 450 millones y se concentraron en la construcción de 2 muelles de atraque con 6 grúas pórtico (las que cargan y descargan los contenedores de los barcos). Esto equivale a duplicar la capacidad total del Callao, el puerto más importante del Perú, que espera mover 850.000 TEU en 2012.

Por su parte, Colombia elaboró un plan a 12 años para mejorar su estructura portuaria y reducir así sus costos logísticos.

Los puertos colombianos de mayor movimiento están, sin embargo, ubicado sobre la margen caribeña del país, y son los de Santa Marta, Barranquilla y Cartagena. Pero la terminal pacífica de Buenaventura es la que se posicionó como puerto multipropósito del país, con capacidad para operar un múltiple rango de mercaderías.

La Sociedad Portuaria de Buenaventura instrumentó un plan maestro a 20 años que contempla inversiones superiores a los US$ 450 millones entre infraestructura, instalaciones, maquinaria y dragado. El proyecto prevé dejar al puerto con un calado de 12 metros y 12 grúas operando

jueves, 15 de julio de 2010

Costa Rica, el mejor país para las inversiones externas

El Banco Mundial publicó días atrás su informe sobre inversiones externas directas, Investing across borders 2010, que analiza el grado de apertura y facilidad que brindan los países a los capitales productivos extranjeros.
De los 87 países analizados, 14 fueron latinoamericanos. Entre ellos, el mejor posicionado resultó Costa Rica con un puntaje de 73,7 sobre 100, lo que equipara al país centroamericano con el puntaje obtenido por Austria, y lo ubica muy cerca de los países desarrollados miembros de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), que obtuvieron un promedio de 77,8.
Los primeros lugares del ránking latinoamericano (región que se ubicó segunda en el mundo, detrás de Europa del Este y Asia Central) lo completaron Perú (72,5); Honduras y Colombia (68,4); México (65,8), y Argentina (65).
Venezuela, en tanto, obtuvo apenas 42,5 puntos, y es el octavo país, empezando desde abajo en la escala.
El índice que mide la facilitación para radicar nuevos negocios por parte de inversores extranjeros considera desde la cantidad de procedimientos necesarios para abrir una filial hasta la cantidad de días necesarios para que la subsidiaria se encuentre operativa.
En el caso de Costa Rica, por ejemplo, son necesarios 14 actos administrativos y 63 días para que una empresa extranjera pueda establecer su filial.
Costa Rica permite la radicación de empresas enteramente extranjeras, pero las subsidiarias requieren al menos dos accionistas. Para establecerse, además, requiere una documentos autenticados que certifiquen la pertenencia a la casa matriz, así como también registrarse en el Ministerio de Relaciones Exteriores y Comercio Internacional si el fin de la compañía es, justamente, realizar negocios internacionales.

martes, 13 de julio de 2010

Perú, el nuevo gran jugador latinoamericano

América latina verá crecer con proyección internacional en los próximos años un mercado relegado que está despertando al comercio exterior y a las inversiones extranjeras directas.

Se trata de Perú, nada menos, el país andino que vio celosamente cómo Chile se abría paso en el concierto de naciones de la mano de los tratados de libre comercio bilaterales y que ahora aplica una receta similar: una apertura amigable a los capitales extranjeros.

Alan García parece haber aprendido en esta nueva presidencia que le toca al frente de Perú. Una de los últimos grandes hechos fue el anuncio reciente del Banco Comercial e Industrial de China de abrir una oficina en Perú para promover exportaciones e inversiones.

China ve en Perú una verdadera mina de recursos para la industria. Según nuestra base de datos, en el primer semestre de este año Perú le exportó a China más de US$ 7200 millones en minerales (oro, cobre, cinc, y sus derivados), un 18% más que los casi US$ 5900 millones del mismo período de 2009. De los 10 principales productos peruanos exportados a China, 6 corresponden al complejo minero.

En su reunión con el presidente peruano Alan García, el CEO del Banco Comercial e Industrial de China, Jiang Jianqing, destacó: "Actualmente China es la nación que tiene el segundo mayor comercio con el Perú, entonces esperamos a futuro tener un mayor avance", dijo.

Por su grado de desarrollo, y de la mano de las divisas que generan las commodities industriales, Perú es un mercado más que interesante para las inversiones chinas en infraestructura.

Cabe aclarar que con Brasil, Perú es el único otro país latinoamericano en el que la banca china abrirá oficinas para propiciar el intercambio comercial.

lunes, 12 de julio de 2010

Argentina y China, por una nueva oportunidad

La relación entre la Argentina y China, en los últimos años, se caracterizó por dos ejes principales: el estructural, que habla de la gran complementación que tienen ambas economías; y el coyuntural, plagado de conflictos bilaterales.

Una nueva visita de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner a China, junto con una nutrida delegación de empresarios, podría significar una nueva oportunidad entre dos países que no vieron aún realizado todo su potencial comercial bilateral.

Sólo para resumir: la Argentina tiene una capacidad para producir alimentos que podría satisfacer la demanda de 400 millones de personas. De los más de 1300 millones de habitantes chinos, lo que más interesa es la creciente clase media pudiente con hábitos alimenticios más bien occidentales y dados a la ingesta de proteínas animales, en reemplazo de las de origen vegetal.

Por su parte, China tiene todo lo que el mundo necesita, a precios imbatibles y una calidad en alza. En este punto radicó lo más propio de la coyuntura en la relación: la necesidad argentina de proteger fuentes de empleo derivó en una política de limitación de importaciones chinas.

Según algunos analistas, en represalia, China habría bloqueado la importación del principal producto argentino de exportación al mundo y a China también: el aceite de soja.

Cuesta creerlo, porque el mercado argentino es realmente chico para la oferta exportable china, mientras que en el caso de nuestras exportaciones, el mercado chino es fundamental.

Según nuestra base de datos, en el primer semestre de este año la Argentina le exportó a China por US$ 16.800 millones, un 33% menos que en el mismo período del año pasado. El principal producto de exportación es precisamente el aceite de soja: US$ 1074 millones (-38%).

En tanto, las compras a China en el mismo período ascendieron a US$ 16.400 millones, un 9% más que en 2009.

China, en 2009, fue el tercer cliente de la Argentina. Nuestras exportaciones a ese mercado fueron de US$ 5090 millones, el 7,3% del total vendido (US$ 69.100 millones).

Pero la importancia que China tiene para las ventas argentinas no la tiene nuestro país para las colocaciones que China hace en el exterior.

Si bien es nuestro segundo proveedor (detrás de Brasil), con importaciones por US$ 4500 millones en 2009, somos un cliente insignificante para las exportaciones chinas que, en 2009, ascendieron a 1,2 billón de dólares.

En esta nueva oportunidad, se fijó como meta moderar los conflictos coyunturales y apostar por el potencial estructurar, con acuerdos para la promoción de inversiones chinas por US$ 10.000 millones.

Alrededor de 80 empresarios completarán la delegación argentina, y tienen pactadas 700 reuniones de negocios sobre ganadería, minería, petróleo y obras de infraestructura. También habrá encuentros empresarios en los sectores farmacéutico, químico y petroquímico; biotecnología; astilleros; maquinaria agrícola; construcción industrial; transporte; energía; alimentos, y servicios.

URUGUAY: Variación Mensual de las principales Exportaciones Agro-silvo-pecuarias (U$S FOB).

Por L. Bonifacino

Hay exportaciones netamente zafrales, como la soja, los cítricos, etc, que se presentan y visualizan fácilmente en las gráficas adjuntas. Hay un aumento en el 2010, por efecto de mayores volúmenes (ej. soja).Fte.URUNET


En las gráficas siguientes se presentan las exportaciones de origen vegetal



Costa Rica, el mejor país para las inversiones externas

El Banco Mundial publicó días atrás su informe sobre inversiones externas directas, Investing across borders 2010, que analiza el grado de apertura y facilidad que brindan los países a los capitales productivos extranjeros.

De los 87 países analizados, 14 fueron latinoamericanos. Entre ellos, el mejor posicionado resultó Costa Rica con un puntaje de 73,7 sobre 100, lo que equipara al país centroamericano con el puntaje obtenido por Austria, y lo ubica muy cerca de los países desarrollados miembros de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), que obtuvieron un promedio de 77,8.

Los primeros lugares del ránking latinoamericano (región que se ubicó segunda en el mundo, detrás de Europa del Este y Asia Central) lo completaron Perú (72,5); Honduras y Colombia (68,4); México (65,8), y Argentina (65).

Venezuela, en tanto, obtuvo apenas 42,5 puntos, y es el octavo país, empezando desde abajo en la escala.

El índice que mide la facilitación para radicar nuevos negocios por parte de inversores extranjeros considera desde la cantidad de procedimientos necesarios para abrir una filial hasta la cantidad de días necesarios para que la subsidiaria se encuentre operativa.

En el caso de Costa Rica, por ejemplo, son necesarios 14 actos administrativos y 63 días para que una empresa extranjera pueda establecer su filial.

Costa Rica permite la radicación de empresas enteramente extranjeras, pero las subsidiarias requieren al menos dos accionistas. Para establecerse, además, requiere una documentos autenticados que certifiquen la pertenencia a la casa matriz, así como también registrarse en el Ministerio de Relaciones Exteriores y Comercio Internacional si el fin de la compañía es, justamente, realizar negocios internacionales.

Los puertos de la región buscan mejorar su infraestructura

Numerosos puertos latinoamericanos están realizando fuertes inversiones para dragar sus accesos y lograr así mayor profundidad para los buques de más calado, es decir, barcos más grandes y de mayor capacidad de carga.

Los puertos siguen la tendencia mundial de la industria naviera: construir buques de más tamaño para lograr una mejor economía de escala que consiste en transportar más contenedores en un mismo viaje.

Los puertos –léase la entrada y salida del comercio exterior de un país- no tienen opción tampoco. Si no se ajustan a los que proveen el servicio de transporte corren el riesgo de transformarse en puertos menores, “servidos” con barcos más chicos y obligados a un transbordo para que las cargas lleguen a destino, en el caso de la exportación, o lleguen al país con una escala adicional, en el caso de la importación.

Más escalas son más costos logísticos. Y todo se traslada a la carga: el producto de exportación y el de importación se encarecen. Cabe recordar que en la mayoría de los países latinoamericanos, más del 90% de su comercio exterior se realiza por vía marítima.

Brasil es uno de los países con mayor déficit en logística portuaria. Para revertirlo, el presidente Lula da Silva creó primero una Secretaría Especial de Puertos, que dependía directamente de él, y luego elevó su rango a Ministerio de Puertos.

Los puertos brasileños están considerados dentro del millonario Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC), que está en su segunda fase, y consta de 800.000 millones de dólares para invertir en infraestructura.

Sepetiba, Santos, Paranaguá, Itajaí-Navegantes, Itapoá y Río Grande, son los principales puertos de Brasil que ya tienen un calado a 16 metros, suficiente como para recibir barcos de más de 7000 TEU (unidad de medida equivalente a un contenedor de 20 pies).

Uruguay también comprendió que los costos logísticos son una condición de éxito del comercio exterior, y busca convertir al país en una plataforma de servicio a las cargas con sede en Montevideo. Hoy, más del 50% de los contenedores que se mueven en las terminales de Montevideo son cargas argentinas que realizan allí transbordo a buques más grande rumbo al destino final de exportación.

Montevideo ya llegó a los 12 metros de profundidad, pero apunta a los 14 metros. Buenos Aires, en tanto, tiene 10 metros.

Recientemente, la Administración Nacional de Puertos (ANP) del Uruguay anunció que entre sus prioridades se encuentra la construcción de un puerto de aguas profundas (que necesitan poca acción de dragado) en el departamento de Rocha.

Puertos del Pacífico

Los puertos del Pacífico, en la jerga, los de la Costa Oeste de América del Sur, también buscan mejorar su infraestructura en una carrera que busca tentar a las navieras que vienen de Asia para transformarse en las puertas de entrada a América latina de las mercaderías chinas, principalmente.

En Perú, por ejemplo, el puerto del Callao, concesionado a la empresa árabe Dubai Ports World, estaría culminando una ampliación de su capacidad con la inauguración del muelle sur.

Las inversiones superaron los US$ 450 millones y se concentraron en la construcción de 2 muelles de atraque con 6 grúas pórtico (las que cargan y descargan los contenedores de los barcos). Esto equivale a duplicar la capacidad total del Callao, el puerto más importante del Perú, que espera mover 850.000 TEU en 2012.

Por su parte, Colombia elaboró un plan a 12 años para mejorar su estructura portuaria y reducir así sus costos logísticos.

Los puertos colombianos de mayor movimiento están, sin embargo, ubicado sobre la margen caribeña del país, y son los de Santa Marta, Barranquilla y Cartagena. Pero la terminal pacífica de Buenaventura es la que se posicionó como puerto multipropósito del país, con capacidad para operar un múltiple rango de mercaderías.

La Sociedad Portuaria de Buenaventura instrumentó un plan maestro a 20 años que contempla inversiones superiores a los US$ 450 millones entre infraestructura, instalaciones, maquinaria y dragado. El proyecto prevé dejar al puerto con un calado de 12 metros y 12 grúas operando.

La expansión económica de Chile, tras el terremoto

Hace muy pocos días se conocieron los datos sobre la actividad económica chilena de mayo, y el número saliente fue el crecimiento de poco más del 7% respecto del mismo mes de 2009.

El Banco Central chileno puso en perspectiva el dato: se trata del mayor incremento de la producción de bienes y servicios desde julio de 2008, cuando la actividad económica mostró un aumento del 6,8%.

Dos hechos para poner en contexto los números: Chile tiene una de las economías más abiertas e internacionalizadas del mundo, con más de 50 acuerdos comerciales, entre tratados de libre comercio y acuerdos de complementación económica.

Esto significa que en los años en los que al mundo le va bien, Chile responde en consecuencia. 2009 fue un año de retracción comercial internacional a partir de la crisis financiera que se desató a fines de 2008 en Estados Unidos, y Chile, como todo el mundo, acusó recibo: tuvo un negativo del 1,5%, su primera retracción en 10 años.

Pero Chile también sufrió una catástrofe natural con millonarias pérdidas económicas el 27 de febrero último. La reconstrucción demandaría US$ 110 millones, según fuentes oficiales.

Es en este escenario que el Indice Mensual de Actividad Económica –un medidor de casi la totalidad de la producción de bienes y servicios- tuvo la siguiente evolución: 4,3% de crecimiento en enero y 2,7% en febrero, para luego caer el 2,8% en marzo.

Ya en abril la actividad se incorporó para rozar el 4,6% y desplegarse, en mayo último a poco más del 7%.

Ecuador adopta el Sucre para el comercio exterior con socios del ALBA

Ecuador ya aprobó un sistema de compensaciones de divisas para su comercio exterior. El Sucre, o Sistema Unitario de Compensación Regional, se convirtió por medio de una resolución del Banco Central de Ecuador, en la herramienta para agilizar las operaciones de comercio exterior.

El Sucre estará limitado a los Estados signatarios de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), integrado por Venezuela, Cuba, Bolivia, Honduras y Nicaragua, además de Ecuador.

En América del Sur, más precisamente en el seno del Mercosur, Brasil y la Argentina habían ya avanzado en un sistema de compensaciones bilaterales para utilizar el peso y el real como monedas para la cancelación de las operaciones de comercio exterior.

La idea de este esquema compensatorio, mediante el cual exportadores e importadores cobran y pagan en sus propias monedas, es reducir los costos de transacción financieros y administrativos en el comercio exterior. Es, en definitiva, una alternativa al dólar como moneda en el comercio exterior.

El Sucre apunta a lo mismo: un acuerdo entre los bancos centrales para la liquidación de operaciones de comercio exterior, y se hará efectivo por medio de una “unidad de cuenta” (el Sucre) que no equivale, sin embargo, a la creación de una nueva moneda.

El comercio exterior de Ecuador creció en lo que va del año de la mano de dos variables relevantes: las medidas de protección a la industria nacional y las exportaciones a mercados latinoamericanos las cuales, en el primer trimestre, representaron más del 70% de las ventas externas del país.

No obstante, el principal cliente de Ecuador sigue siendo Estados Unidos (con quien comparte el dólar, moneda adoptada por el país andino en 2000) que compra casi un tercio de toda la oferta exportable ecuatoriana.

México y su fuerte dependencia de Estados Unidos

Aunque no haya teoría perfecta que en la práctica haya sido irrefutable, en comercio exterior pocos dudan de la efectividad que tiene el agregado de valor a los productos para diversificar las exportaciones, y aumentar la cantidad y variedad de mercados para la oferta exportable.

Pero suele darse que por razones geográficas, culturales o políticas, hay países que tienen una altísima dependencia de pocos mercados. Tal es el caso de México y su altísimo grado de vinculación comercial con Estados Unidos, a partir del Tratado de Libre Comercio del Atlántico Norte (Nafta, por sus siglas en inglés).

Un reciente informe publicado por la publicación mexicana Milenio revela que 3 de cada 5 empresas operan en comercio exterior y 7 de cada 10 firmas mexicanas tienen a Estados Unidos como principal destino de sus ventas.

2009 fue un llamado de atención para estas firmas tan dependientes de un mercado que entró en crisis y se replegó sobre sí mismo, y que además no tienen en su agenda a Brasil y China, países BRIC, sigla que utilizó el banco Goldman Sachs para identificar las 4 economías que serán protagonistas de la economía mundial en 2050: Brasil, Rusia, India y China.

En dicho informe queda marcado el contraste entre el 70% de empresas con la estrategia fija en Estados Unidos respecto del 18% que tiene a China como foco de ventas y 13% que tiene a Brasil

La misma OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) destacó que dentro de 20 años más del 50% del producto bruto mundial residirá en mercados emergentes justamente como China y Brasil, entre otros.

La actividad económica (de México) experimentó una fuerte aceleración durante la segunda mitad de 2009, ayudada por la recuperación de la demanda extranjera, la renovación de inventarios y el alza en el precio del petróleo. Las exportaciones se mantienen como consecuencia de la recuperación de la producción industrial en los Estados Unidos, lo que contribuye a la reactivación de la actividad manufacturera y de la inversión empresarial en México”, señala el informe.

Las perspectivas para la economía mexicana en 2010 mejoraron y se ubicarían en torno al 4 o 5%, impulsado fuertemente por as exportaciones.

Un simbólico fondo de financiamiento

Llegó un momento en el Mercosur donde las acciones hay que evaluarlas más por su contenido simbólico que por su magnitud.

En este contexto, el anuncio de la creación de un fondo bilateral (entre Brasil y la Argentina) por 100 millones de dólares para financiar empresas argentinas dedicadas a la tecnología tiene el siguiente significado: una nueva apuesta por la convergencia entre los dos socios más importantes del bloque sudamericano.

Los fondos serán inyectados por el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil (Bndes), y las bancas Nación (BNA) y de Inversión y Comercio Exterior (BICE) de la Argentina.

El Bndes ha demostrado su poderío desarrollista y de inversión en Brasil, algo de lo que la Argentina adolece. Pero es una decisión estratégica de Brasil la de apoyar el desarrollo de las empresas argentinas.

La participación del Bndes llega tras la demora de la instrumentación y puesta en marcha del Banco del Sur, una institución financiera ideada para dar créditos a las empresas del Mercosur.

El contenido de este tipo de anuncios es, en definitiva, simbólico por dos razones.

La primera, demuestra que el Mercosur está vivo y apuesta a la diversificación de exportaciones y al agregado de valor de la oferta exportable.

La segunda, es una prueba de que los conflictos comerciales entre los principales socios del Mercosur –que no representan más del 6% del intercambio bilateral- tienen más entidad mediática que en la economía real.

Brasil espera un crecimiento récord de la mano de su comercio exterior

El Banco Central de Brasil mejoró su previsión para las exportaciones en casi un 30% y estima que 2010 finalizará con un superávit comercial de 13.000 millones de dólares, bastante más que lo proyectado en marzo último, cuando estimó una balanza positiva en 10.000 millones.

El gigante del Mercosur planea este año exportar por 185.000 millones de dólares, y realizar compras internacionales por 172.000 millones.

La revisión también se realizó en torno al producto bruto brasileño: nada menos que 7,3% esperan crecer este año (en marzo, preveían un 5,8%).

Este será un récord histórico para Brasil, que pasó desapercibido para la crisis financiera internacional, luego de replegarse en su mercado interno y apostar fuerte por el consumo, con una oferta creditica agresiva y una estimulante reducción de impuestos.

Por ahora, la autoridad monetaria sólo modificó su escenario a partir de la performance del comercio exterior brasileño. Pero es de esperar que algunas medidas se empleen para que no se recaliente demasiado la economía.

El potencial minero de Bolivia

Junto con sus reservas de gas, Bolivia apuesta fuerte a una de las commodities industriales por excelencia: el mineral de hierro, que es a la construcción lo que la soja a la industria alimenticia.

Una de las principales empresas mundiales que se dedican a su extracción, la minera india Jindal, está presente en los yacimientos de Mutún, en Santa Cruz de la Sierra.

Evo Morales, presidente de Bolivia, tomó a la industria como política de Estado y pretende explotar parte de esos yacimientos con su par venezolano, Hugo Chávez. Ambos países negocian los términos de una exploración y comercialización conjunta.

Los yacimientos del Mutún –cuya explotación se divide en partes iguales entre la india Jindal y el Estado boliviano- albergan nada menos que 40.000 millones de toneladas de minerales, que van desde el hierro hasta el estaño, el cobre, la plata, el cloruro de potasio, fósforo y el zinc.

Pero el mandatario boliviano se ilusiona con la posibilidad de que existan reservas de oro en la mina. Y no deja de analizar las ofertas que llegan desde China y Australia para meter mano en los yacimientos minerales vírgenes del Mutún.

Sobre todo porque las cosas no están bien con la concesionaria india, cuyos compromisos de inversión para el trienio 2008-2010 estuvieron lejos de lo asumido: poco más de 12 millones de dólares de los 600 millones prometidos.

Más allá de estas irregularidades, las minas de Mutún enfrentan un serio problema que podrían espantar las actuales y futuras inversiones extranjeras, y que no se limitan a la seguridad jurídica o a la relación con el Gobierno: Bolivia tiene un serio déficit de infraestructura para sacar la producción exportable.

Sucede que los puertos fluviales bolivianos hasta ahora han trabajado con commodities agrícolas, de operación parecida pero no igual a la de los minerales.

Todo un llamado de atención para la comunidad portuaria y del transporte fluvial –léase hidrovía Paraná-Paraguay- ante un potencial que pugna por mostrarse en los cerros bolivianos