jueves, 21 de octubre de 2010

El rol de las agencias de promoción de exportaciones

¿Cómo convencer a los distintos parlamentos de que reservar una partida dentro del presupuesto para las tareas de promoción de exportaciones es una inversión rentable?
Esta pregunta suele desvelar a los titulares de las agencias de exportación, que año tras año, deben refrendar sus argumentos sobre por qué es importante promover los productos argentinos en terceros mercados.
Es que para quien está en el tema del comercio exterior, es una verdad inobjetable que hay que diferenciar las ventas, buscar más mercados, “desprimarizar” las exportaciones, buscar clientes que aprecien el nivel de valor agregado que tiene la oferta propia, buscar esos nichos que por tamaño de mercado o por cultura son “desatendidos” por las grandes máquinas exportadoras mundiales.
Aún así, para el común de la población, exportar es un verbo lejano. Lo que hace que “promover” esa exportación sea algo todavía más lejano.
Consciente de la necesidad que tienen las economías latinoamericanas de desarrollar sus economías invirtiendo en innovación y tecnología para desarrollar productos con marca, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) se propuso analizar el impacto que tienen las agencias de promoción de exportaciones latinoamericanas y cómo impacta, precisamente, en la performance exportadora.
Lo más interesante del estudio, realizado por Christian Volpe, fue notar cómo cada agencia se adapta el entramado productivo y empresarial de su país, y cómo otras se comportan de manera un tanto más espasmódica mientras recorren el camino hacia una coordinación más eficiente de sus esfuerzos de promoción.
“Los organismos de exportación de Chile, México, Colombia y Costa Rica tienen representaciones propias en el extranjero, mientras que otros países como Argentina, Perú y Uruguay recurren a sus respectivas embajadas y consulados. La apertura de una oficina de promoción de las exportaciones en el extranjero se traduce en un aumento de las exportaciones 5,5 veces mayor que el establecimiento de una nueva embajada o un consulado a cargo de esa tarea”.
Esta observación está incluida en el libro “Odisea en los mercados internacionales”, que se presentará en Buenos Aires el 2 de noviembre, en la sede del BID.
Volpe señala que en promedio los organismos de exportación de la región han generado exportaciones adicionales en 47 sectores económicos, mientras que las representaciones diplomáticas en el extranjero lo hicieron en sólo 12 sectores.
“Esto es especialmente cierto para productos con valor agregado, tales como zapatos o maquinaria especializada”, agrega el informe.
Confirmada entonces la eficiencia de las agencias de promoción de exportaciones en su función de “trampolín” hacia terceros mercados de las empresas (sobre todo, de las pequeñas y medianas), el BID evaluó resultados entre 2000 y 2007 en las tareas de difusión de productos que realizaron los organismos de Perú, Costa Rica, Uruguay, Chile, Argentina y Colombia.
En Perú, por ejemplo, la tasa de crecimiento de las exportaciones fue 17% más alta para las empresas que contaron con la asistencia de Prompex/Promperú. En Costa Rica, a su vez, las empresas que venden productos más sofisticados en el extranjero y que recibieron asistencia de Procomer mostraron tasas de crecimiento de las exportaciones y del número de países de destino 15% y 8%, respectivamente. Asimismo, en la Argentina, las pequeñas empresas que recibieron apoyo por primera vez registraron, en promedio, tasas de crecimiento de sus exportaciones 14% mayores.

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